La melanina es mucho más que un simple pigmento. Existen varios tipos, y su combinación es la responsable de los distintos tonos de piel, cabello y ojos que vemos en el mundo.
En primer lugar, podemos clasificarlas por su contenido en azufre. Algunas son pobres en azufre, mientras que otras son ricas en azufre.
Entre las melaninas pobres en azufre encontramos las Eumelaninas. Estas producen colores oscuros, como el castaño profundo o el negro. Son las responsables de pieles más oscuras y cabellos intensamente pigmentados.
Por otro lado, están las melaninas ricas en azufre, que se dividen en dos tipos: Las Feomelaninas, que no se disuelven en ácidos y otorgan un tono amarillento o rojizo. Y los Tricocromos, que sí son solubles en ácidos y generan tonos similares a las Feomelaninas.
Hoy en día, muchos científicos creen que la mayoría de las personas poseen melaninas mixtas, una combinación de eumelanina y feomelanina. Esta mezcla da lugar a los matices únicos que hacen que cada piel y cabello sean diferentes.
Conocer los tipos de melanina no solo es interesante desde el punto de vista estético, también es esencial para entender cómo protegemos nuestra piel, cómo respondemos a la luz solar, y por qué ciertos tratamientos funcionan mejor en unas personas que en otras.